Provenientes de las leyendas e historias de las grandes civilizaciones Mesopotámicas, la Mitología Sumeria es una de las más sorprendentes y complejas entre todas las que existen en el planeta, caracterizada por poseer una serie de criaturas mitológicas increíbles.
Estas varían además entre su inclinación hacia lo bueno o lo malo, ya que poseen una serie de poderes y habilidades que las hacen diferenciarse las unas de las otras. Con el paso de los años, se han trasportado a través de la cultura, trascendiendo las grandes leyendas. ¡Conócelas!
10 Criaturas Mitológicas Sumerias más Fascinantes
La Mitología Sumeria está repleta de seres extraordinarios, divinidades sorprendentes y místicas criaturas que se diferencian entre ellas. Estas nacen desde las leyendas y los relatos que se escribieron a lo largo de la historia, las cuáles fueron incluidas dentro de contextos particulares.
En ese sentido, lo que más destaca a estas criaturas son sus habilidades para influir en los seres vivientes de las épocas. Ya sea a través de castigos, en caso de ser criaturas malévolas; o ayudarlas en distintas situaciones, si se trata de una benigna. Estas son las 10 más fascinantes de todas.
1. Pazuzu
Una de las más conocidas es Pazuzu, una criatura que se muestra como un ser mitad humano, mitad demonio, a través de la combinación de varios animales a la vez. Este tenía una cola parecida a la del escorpión, una cabeza como la de un león y hasta garras grandes y alas enormes.
Sin embargo, Pazuzu podía ser una criatura que variaba entre la bondad y la maldad, dependiendo del trato recibido por las personas. Si le trataban bien, entonces fungía como una criatura que brindaba protección y cuidados ante múltiples enfermedades.
En caso contrario, Pazuzu se convertía en su peor enemigo para castigarlos y hacerlos sufrir a través de su alma maldadosa. Debido a que los niños se consideraban como seres buenos y llenos de pureza, esta criatura se conocía como su protectora y la de las mujeres embarazadas.
2. Alú
Otra de las criaturas demoniacas de la mitología sumeria más sorprendente fue Alú, un ente amante de las profundidades de la oscuridad y el silencio. Sus apariciones se reflejaban en altas horas de las noches, recorriendo sitios abandonados y lejos de personas que pudieran perturbarle.
A pesar de tratarse de una criatura humanoide y con su mitad de demonio, Alú no contaba con los sentidos elementales del oído, el gusto y la visión, pues no tenía orejas, boca y ojos. Pero esto no era impedimento para poder deambular en los sitios más oscuros.
De hecho, Alú si tenía una facultad bastante desarrollada: el instinto sexual. Por esa razón, aprovechaba la noche para inmiscuirse en las moradas de las víctimas y poseer sus cuerpos de manera sexual, haciendo sufrir a los hombres incluso hasta la muerte.
3. Kur
Los dragones también forman parte de la mitología sumeria, representados por Kur. Se dice que esta criatura habitaba en la base de las montañas, desde donde estaba la entrada al inframundo y que solo ella podía custodiar, sin que nadie entrara o saliera.
Kur es también conocida como la reina del inframundo, pues tenía la facultad de controlarlo desde cualquier lugar, así como escaparse para surcar los cielos y causar grandes problemas a su paso, siendo una criatura temible y poderosa entre las demás.
Pero Kur no era precisamente buena. Las leyendas cuentan que se adueñó del reino de las profundidades, despojando a la princesa legítima y quedándose con el mandato hasta el final de los tiempos. Se trata de una criatura malévola incontrolable.
4. Huwawa
El nacimiento de Huwawa fue propiciado por el dios Enlil, el cual lo mandó a la tierra para atormentar, castigar y aterrorizas a los seres humanos como una condena interminable, extendiéndose hacia todos los bosques del mundo.
Huwawa se paseaba por los grandes e imponentes bosques de cedros, desde donde podía esconderse y escabullirse tranquilamente a través de los imponentes árboles con ramas frondosas, así las víctimas no podían detectarlo a su paso, ni siquiera a simple vista.
Huwawa era una criatura monstruosa de la mitología sumeria, fungiendo como la guardiana y protectora de los bosques de árboles de cedros de todo el planeta. Se dice que es el hermano del temible Pazuzu, aunque este si cuente con sentidos y facultades para ver, oír y oler.
5. Oannes
A diferencia de los anteriores, Oannes fue una criatura dedicada completamente al bienestar de la humanidad. Se dice que fue enviada por Ea, el dios de la sabiduría y las aguas, para que enseñase todos sus conocimientos y educase a las personas, quienes estaban sumergidas en la barbarie.
Oannes no sólo les enseñó todo lo referente a la educación y el conocimiento, sino que también llevó técnicas y talentos para el arte, la ciencia, la cultura, las matemáticas, la lectura, los modales y la civilización de un planeta que se había mezclado con la bestialidad de los grandes animales.
La representación histórica de Oannes es la de una criatura mitológica híbrida, pues tenía la mitad inferior de un pez, con una cola de escamas brillantes, y la parte superior era similar a la de cualquier otro hombre, con cabello largo y frondoso. Apareció desde las profundidades del mar.
6. Dimme
La contraparte directa de Pazuzu era Dimme, una especie de demonio mujer que tenía la capacidad de acabar con todos los niños que se presentaran a su paso, ya que los odiaba por completo. Por ello, se dice que asesinó a miles de recién nacidos y destripó la panza de muchas embarazadas.
Dimme era representada como un demonio con cuerpo femenino, cubierto completamente de pelos y con grandes músculos avasallantes. A su vez, la cabeza que tenía era muy parecida a la de los leones, con una melena que se mezclaba con los pelos del cuerpo, así como colmillos de burros.
Esto hacía que Dimme fuera una criatura muy ruda y temible para las leyendas. Se dice que, si no lograba acabar con la barriga de las mujeres embarazadas, hacía que estas abortaran y perdieran a los bebés de forma inmediata, tan solo tocándola.
7. Asag
Entre el lugar de los demonios temibles de la mitología sumeria se destaca Asag, una de las criaturas más terroríficas y horripilantes de todos los tiempos. Su sola presencia encima o entre las aguas del mar o los ríos, hacía que los seres marinos murieran por el calor hervidor.
Pero Asag no estaba solo, pues venía con un ejército de demonios de varios rangos, los cuales nacieron del fruto de sus relaciones con las grandes montañas de la tierra. Sin embargo, esto no fue suficiente para que la bestia espantosa no tuviera enemigos, como el dios de la guerra Ninurta.
Se dice que Ninurta contactó a su padre, Enlil, para que le aconsejara como destruir a Asag. De esa manera, se presentaron en muchas batallas y fue destruido definitivamente con la maza Sharur. El aspecto de este demonio era horripilante, con tríos de brazos y patas y piel escamosa oscura.
8. Edimmu
Si bien los Utukku, espíritus errantes de la mitología sumeria, no eran considerados como demonios, Edimmu representaba al fantasma deambulante más persistente de todos, ya que se dedicaba a recorrer la tierra sufriendo por el olvido de sus familiares y sus seres queridos.
Edimmu no fue enterrado según establecía las creencias de su pueblo, haciendo que su espíritu no se conectara con el más allá y por consecuencia, quedara errante. Por esa razón, decidió pagar su frustración y vengarse que todos los humanos que continuaban viviendo en el plano terrenal.
A su vez, Edimmu se convirtió en el guardián de los muertos, pues se dedicaba a vengarse de todo aquel que no cumpliera con las creencias de sepultura, así otros no quedaban errando como él. Su castigo principal eran las enfermedades o los desastres naturales, así como el asesinato de niños.
9. Parac
Con el fin de destruir a los hombres, Parac es una criatura vengativa que atacó a miles de seres masculinos en los tiempos más oscuros de la historia sumeria. Se cree que logró destruir ejércitos enteros por las noches, después de entrar en sus campañas y poseerlos sexualmente.
El gusto de Parac era la noche, ya que solía deambular por los bosques y sabanas oscuras, incluso haciendo que la luz de la luna desapareciera en la zona por donde transcurrieran sus patas errantes, ya que odiaba todo rastro de iluminación en su entorno.
El cuerpo de Parac era como el de una cabra con cueros horrendos, mientras que sus colmillos podían devorar el cuello de las víctimas. Sin embargo, carecía completamente de todo tipo de sentidos, pues su guía principal era lo errante del alma.
10. Lamashtu
Algunos la relacionan con Lilith o Dimme, aunque Lamashtu se diferencia entre viarias cosas. Este demonio semidiós nació del dios Anu. Adquirió muchos deseos y necesidades vengativas, sobre todo con los niños, los cuales solía devorar, destruir, asesinar y aniquilar en masa.
Lamashtu podía triturar los huesos de los bebés y tomar su sangre si lo quería, pues los odiaba completamente. Aunque su espíritu maternal la obligaba a amamantar dos animales, uno noble que es el perro, y otro inmundo que es el cerdo, yendo parada encima de un burro.
La representación de Lamashtu es la de una mujer con mucho pelo, que tiene patas de gallina con grandes garras para así despellejar a todos los niños que encontrara en el camino. También tenía orejas de burro y collares de serpientes.