Dioses Africanos: Los 6 Dioses Más Alabados En África

Las personas africanas tenían sus propios dioses africanos y formas autóctonas de alabarlos antes de que llegaran los europeos a conquistar el continente y a tratar de imponerles la fe cristiana, para que pudieran alabar a su «único y verdadero Dios».

Durante toda la historia, se ha descubierto que los africanos, antes de entrar en contacto con los europeos tenían religiones y dioses. Las prácticas de estas religiones no son convencionales y por lo tanto son muy poco conocidas.

Y no solo creían en un dios, si no que también creían en otros dioses menores, los cuales han sido alabados desde tiempos más antiguos, incluso antes de que los griegos alabaran a sus dioses y antes de la introducción de la cristiandad en África.

Principales Dioses Africanos

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Ala-Igbo

Es una diosa femenina y es una de las más alabadas entre todas las deidades Igbo. «Al» tiene el significado de tierra, lo cual nos dice que sus poderes y su culto se debían a sus dominios sobre la tierra.

Es la diosa consorte de Amadioha, el dios del cielo, y se le atribuye la moralidad, el dominio de la tierra, la fertilidad y la creatividad. También es conocida por otros nombres como Ale, Ani o Ana, pues el lenguaje Igbo tiene muchso dialectos. Es una de las deidades más antiguas alabadas, sus seguidoras son esencialmente mujeres, lo cual es una tradición en la religión Odinari.

Es conocida por ser la protectora de las mujeres y de los niños. Usualmente se le ofrecen sacrificios cuando alguien descubre un secreto que no debe saber, cuando alguna mujer busca quedar embarazada o cuando se necesita que un suelo se vuelva fértil para una buena cosecha. En el festival anual de Yam, se le rinde culto y es honorada.

Se cree que cuando ella está molesta con los humanos, convence a su esposo de no mandar lluvia causando sequía a la gente, y que también si está molesta puede causar desastres naturales.

Agé-Fon

Agé es una deidad Fon, y su culta data de la edad del imperio Dahomey. Es el hijo de la diosa creadora Mawu-Lisa, y tiene el poder y la responsabilidad de proteger y guiar a los cazadores durante las noches y los días en los terrenos peligrosos.

A menudo, obtiene energía de su madre y se cree que toma forma humana para ayudar a los cazadores durante las expediciones de caza. Mientras que en el tiempo de guerra y de batalla, se le invoca para proteger y llenar de fuerza a los guerreros, guiándolos en qué caminos y estrategias tomar.

Se le honra al sacrificar parte del botín cazado por los cazadores y lo obtenido en batalla por los guerreros.

Modjaji-Sudáfrica

En Sudáfrica, es la diosa africana de la lluvia y su espíritu reside siempre en los cuerpos de jóvenes hermosas que están destinadas a ser reinas.

Para las personas de Balobedu, esta reina de la lluvia es una figura de suma importancia. Existen muchísimas historias que relatan cómo esta diosa empezó a tomar forma humana y ha existido desde hace muchísimos siglos. Sin embargo, hay datos que dicen que en el siglo VXI cambió la leyenda y que ella decidió residir en el cuerpo de una mujer: Dzugundini, la princesa del reino Balabedu, quien fue fecundada por su propio padre, el rey. Se dice que tiene el poder de iniciar o detener la lluvia a su antojo.

Kibuka-Uganda

Para el Imperio Bugando, que existió entre el siglo IX y el siglo XIV, fue un dios que este imperio adoró mucho antes de que los europeos descubrieran el continente africano. Los que nos demuestra que los africanos tenían un nivel superior de organización religiosa y política que el que los europeos creían. Este, es una deidad o dios menor de la guerra.

De acuerdo con la tradición oral, el ejército bugando había sufrido muchísimas derrotas y el rey, desesperado decide recurrir a esta deidad todopoderosa llamada Mukasa. En su encuentro, el rey le suplicó a Mukasa que le ayudara en la guerra. Y este, le ofreció su ayuda a través de su hermano menor, Kibuka y con la ayuda de este finalmente logró vencer en la batalla.

Desde entonces, antes de cualquier guerra, los guerreros siempre cantaban, bailaban y le ofrecían sacrificios a Kibuka para darle honra y que este los guiara en la batalla a conseguir la victoria. Se cree que limpia los caminos de los guerreros siempre yendo al frente para liderarlos.

Nana Buluku-Oeste de África

Entre los dioses africanos es una de diosas con más formas entre las distintas religiones. Incluso, se sabe que ha sido adorada por los Fon y por los Eve en Togo, también en distintas partes de Ghana, incluyendo a los Akans. También es grandemente reverenciada en Nigeria en sus equivalentes en las religiones Yoruba e Igbo.

También es conocida como Nana Bukuu, Nana Kuruku y en Nigeria se refieren a ella también como Olisabuluwa. En todas estas comunidades y religiones, se le adora como la diosa madre, quien tiene la forma de una antigua mujer anciana y se dice que ella fue la creadora del mundo.

No es solo la deidad más antigua alabada, si no que también se le atribuye a ella muchas veces los inicios de las religiones en África. Es la deidad con más sabiduría de todas, y se dice que viaja con su gente tratando de cuidarlos en los barcos cuando capturan a su pueblo como esclavos. Tiene una hermana gemela con la toma turnos para proteger a los esclavos.

Adroa – África Central

Es el dios africano de la muerte por excelencia. Se dice que tiene dos formas de ser o dos personalidades: buena y mala. Por su carácter dual, su cuerpo se dividió en dos. Una de sus mitades es baja y negra, que representa la maldad y la crueldad; mientras que la otra es alta y blanca, representando la bondad y las cosas buenas del mundo.

Adroa, se aparece a las personas siempre que hay una encrucijada importante o algún paso a un nuevo plano o situación. Usualmente solo aparece la mitad de su cuerpo. Que aparezca la buena o la mala, depende de la situación y saca su lado bueno o malo según sea requerido. Muchas veces, se aparece a las personas antes de morir.

Se dice en muchas otras religiones que es el creador del cielo y de la tierra y que ve todo lo que los humanos hacen, juzgándolo y viendo en qué situación convendría intervenir.

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